Pediátrica
La Osteopatía está especialmente indicada en niños, ya que la etapa desde el nacimiento hasta la pubertad es la que más acusa las influencias internas y externas. Al ser en estos años donde la evolución y crecimiento es aún un hecho, donde numerosas estructuras están en formación y consolidación, es el tiempo donde la Osteopatía puede aportar ventajas definitivas.
El niño tiene unos potenciales altísimos de adaptación y corrección. Estos son aprovechados por el osteópata, para incidir de forma sutil, suave, nada agresiva y con un profundo respeto hacia la naturaleza innata del niño.
Signos tan habituales como el lloro excesivo, y a veces poco tenidos en cuenta, pueden tener origen en desarreglos en la capacidad de movilidad de los huesos craneales o en tensiones fasciales periféricas.
INDICACIONES
Lloro excesivo
Escoliosis
Cólico de lactante
Subluxación de caderas
Vómitos
Labio leporino
Extreñimiento/Diarrera
Mala oclusión dental
Dificultades para conciliar el sueño
Estrabismo
Dificultad de aprendizaje y comportamiento
Sinusitis
Otitis
Resfriados de repetición
Secuelas Ortodoncia
Dolor de cabeza
El trabajo de un osteópata consiste en equilibrar las membranas, suturas y líquidos, con el fin de evitar una afectación en el crecimiento del cerebro subyacente.
De esta manera evitamos la cronicidad de enfermedades futuras, sin padecer molestos síntomas durante años y abreviando el número de sesiones para restablecernos.